Revista de Historia, N° 20, Diciembre 2019, pp. 216-233 Departamento de Historia, Facultad de Humanidades,
Universidad Nacional del Comahue.
ISSN-e 2591-3190
http://revele.uncoma.edu.ar/htdoc/revele/index.php/historia/index
“El desafío es trascender la excepcionalidad”.
Entrevista a Mónica Gordillo a 50 años del Cordobazo
María Cecilia Azconegui*
cazconegui@gmail.com
Andrea Belén Rodríguez**
andrea_belen_rodriguez@yahoo.com
La Dra. Gordillo es investigadora principal del Conicet y Profesora Titular de Historia Argentina II en la Escuela de Historia de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Autora de numerosas publicaciones, entre sus trabajos más conocidos se desatacan Córdoba en los sesenta: la experiencia del sindicalismo combativo (1996), Actores, prácticas, discursos en la Córodoba combativa. Una aproximación a la cultura política de los ´70 (2001), Piquetes y cacerolas. El “argentinazo” de 2001 (2010) y, en coautoría con James Brennan, Córdoba rebelde: el cordobazo, el clasismo y la movilización social (2008).
En un comienzo, pensando en el juego de duraciones braudelianas, queríamos preguntarte ¿cómo impacto la larga y corta duración en el estallido del Cordobazo?
Sí, yo siempre digo, y lo decía sobre todo cuando empezaba mis primeros avances, que el Cordobazo no podía ser entendido si no reconstruyendo la situación de Córdoba. Ahí yo hablaba de Córdoba más que del país, la especificidad que había tenido Córdoba desde 1955 en adelante, en el sentido de la radicación del polo automotriz, la idea de un nuevo sindicalismo, que efectivamente esas son hipótesis que sigo sosteniendo. O sea, un tipo particular de obrero industrial que hizo su primera experiencia en fábrica, por lo menos en una fábrica de esas dimensiones, que muchas veces era un trabajador que no tenía tradición sindical previa porque en varios casos venían del interior provincial, o de otras escuelas técnicas, y bueno se fue formando una disciplina particular en relación con el gremio. Fundamentalmente el SMATA (Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor) se organiza en el año 56 recién, ya estando la caída de Perón y la proscripción del peronismo, entonces se empieza a ejercitar un nuevo tipo de tradición sindical. Lo mismo en Luz y Fuerza de Córdoba con Agustín Tosco como Secretario General.
Y esa duración es fundamental para ir generando estructuras movilizadoras que son puestas claramente a disposición en el momento del Cordobazo. ¿Por qué les digo esto de las estructuras movilizadoras? Porque la práctica de reclamar ante el gobierno provincial, en el caso de Luz y Fuerza, o ante las empresas o también ante el gobierno, reclamando reivindicaciones por parte del SMATA, era una práctica muy común. Yo reconstruí, digamos, todo ese proceso de acciones reivindicativas en mi tesis, y lo que a mí me llamaba la atención era la permanente recurrencia a la movilización directa por parte del SMATA, por parte de Luz y Fuerza… pero este gremio en particular, el SMATA, fue abriendo caminos en la negociación colectiva, los primeros convenios colectivos de la industria automotriz se firmaron entre el SMATA Córdoba con la empresas que estaban radicadas ahí, luego vino la ola de radicación que abrió el frondizismo en el Gran Bueno Aires. Entonces, eran actos de demostración, Elpidio Torres, que era su secretario general, movilizaba a los trabajadores para pedir reivindicaciones, y a su vez en los trabajadores se reforzaba esa idea de que para conseguir reivindicaciones había que movilizarse. O sea, una conciencia sindical que yo considero fue muy importante y también el ejercicio, que eran movilizaciones pacíficas, que eran movilizaciones al centro, o sea lo que se ejercitó en el Cordobazo ya lo venían ejercitando, entonces esa son acciones de más larga duración.
También con los estudiantes, con todo lo que significó el Cabildo Abierto del año 64 donde hubo muchas movilizaciones… no sólo el Cabildo Abierto si no el plan de lucha del año 64, pero me refería específicamente al Cabildo Abierto porque ahí los estudiantes tuvieron mucha participación en las discusiones. Entonces esa práctica de unidad –no unidad estricta- , de acercamiento obrero-estudiantil también se daba, y se daba porque había militantes también que lo propiciaban, como el caso de Tosco, Elpidio Torres era más reacio a eso. Y el otro momento de gran unificación fue cuando las intervenciones de las universidades con Onganía y la muerte de Santiago Pampillón, que era a su vez trabajador y estudiante de ingeniería, entonces ahí se unificaron. Entonces ese sería el tiempo más largo de las transformaciones estructurales en Córdoba que fueron generando un nuevo trabajador, que fueron generando estudiantes que vinieran a la ciudad, que se fuera generando esa confluencia.
Ahora, el tiempo más corto, para mí es fundamental el año 68 como disparador de ese tiempo más corto, porque empiezan a activarse desde distintos lugares. O sea, en el 67 por el plan Krieger Vasena se habían congelado los salarios y se suspendieron las negociaciones colectivas… Entonces, el sindicalismo más tradicional vandorista, peronista, también tuvo su parte porque hacia fines del año 68 el gobierno había prometido que se iban a restablecer las convenciones colectivas, cuando eso no ocurre, entonces empiezan a plantear planes de lucha. Por otro lado, en ese año 68 cuando se forma la CGT de los Argentinos, esto activa a toda otra serie de sectores, porque la idea de la CGTA era abrir un frente general opositor a la dictadura. Además de las estructuras movilizadoras particulares que significaban los gremios individualmente o el movimiento estudiantil individualmente, claramente me parece que el papel que tuvo la CGTA fue el de nuclear las distintas oposiciones y empezar a generar un relato contra el imperialismo, contra la dictadura y contra la burocracia sindical. Por más que en el acto de decidir la huelga para el 30 de mayo del 69, confluyeron con lo que ellos definían como burocracia sindical.
Entonces el tiempo más corto, es el de la activación de una protesta que estaba bastante suspendida, porque el plan Krieger Vasena implicaba que se suspendía el derecho a huelga ya que se había dado una ley de conciliación obligatoria. Digo, tranquilo a nivel nacional, no? Por supuesto había conflictos específicos: en Tucumán había sectores muy movilizados, pero no tenían tanta trascendencia. Cuando la CGT decide armar un plan de acción nacional, que es lo que ocurrió cuando se decide la convocatoria al paro del 30 de mayo de 1969, empieza ese tiempo más corto. Pero para ese tiempo más corto, también había estructuras nuevas, o sea, a las tradicionales se sumaron estructuras nuevas, articuladas en la CGTA. Pero también está el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo que fue muy importante en Córdoba con todo lo que desplegaron a nivel de movilización territorial, porque eso también estuvo, tal vez está menos trabajado. Sin dudas, no fueron los actores principales, pero también estuvo.
¿Cuál fue el rol del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo? Teniendo en cuenta que esos sacerdotes también están presentes en Tucumán, también están acá en el Choconazo, entonces no orgánicamente, pero esa renovación que se está dando adentro de la Iglesia es uno de los protagonistas también de este ciclo de protestas Totalmente. Sin ninguna duda. Además en Córdoba fue muy importante, porque por un lado vos tenías la Iglesia conservadora, pero por otro lado la Universidad Católica de Córdoba lo invitó a Tosco para que diera una charla, los estudiantes de la Universidad Católica estuvieron participando en el Cordobazo y, además, las redes barriales que manejaban. Porque efectivamente en Córdoba se implementó eso de los curas obreros, están perfectamente identificados quien militaba en tal barrio, y de hecho cuando se lanzó el Programa de la CGTA del primero de Mayo de 1968 se hizo desde Córdoba, con motivo de festejar el primero de mayo en Córdoba porque eso es también lo que tenía la CGTA de tratar de revertir las bases de apoyo, es decir, que fuera una CGT apoyada desde el interior, y entonces lanzó el plan desde Córdoba y estuvieron ahí presentes todos los que se nucleaban dentro del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Fue un espacio buenísimo de articulación. Incluso la CGTA, además de los intelectuales y todo lo que ya sabemos, tenía comunicación con algunos de los referentes de las que ya se presentaban como organizaciones armadas, o sea era un espectro de articulación política muy importante de oposición a la dictadura. Por eso yo insistía con el 68, en esto de construir un relato, que no era sólo exclusivo del movimiento obrero… porque eso es lo interesante porque si no, no se explica cómo el día 29 salen sectores tan diversos, es necesario que se sientan apelados, que se sientan que efectivamente ellos también están afectados
Y que a la vez haya estructuras de movilización porque si no se conjugan…
Exactamente, y esas estructuras pueden ser un centro vecinal, no necesita ser una organización que permanezca en el tiempo, no necesita ser un sindicato, puede ser un grupo de vecinos que se está juntando en una casa. Pero lo que sí se necesita es que haya interacción social con otros, con pares, con los que vos definís como pares, para que efectivamente pueda construirse una representación de afectación o de injusticia que lleve a la agencia. Porque este concepto de construcción de injusticia que yo utilizo tanto no es mío, es de Gamson1, y él habla de injusticia, agencia e identidad, son los tres componentes para activar la protesta social. La agencia es fundamental pero está muy relacionada a la construcción de la injusticia, pero no te podés quedar sólo en la construcción de la injusticia, tenés que ver alguna posibilidad de éxito. Todos los teóricos de la acción colectiva dicen: la gente no es irracional, no actúa de forma irracional, eso se contrapone a la idea de masas en disponibilidad, como ya Juan Carlos Torre discutió. La gente no es irracional, no se larga a la calle si no sabe… o no se suma a una protesta si no cree –a lo mejor puede equivocarse- pero si no cree que va a conseguir algo, aunque sea consolidar su identidad como parte de un colectivo, porque eso también es muy importante. Integrar un grupo que es a lo mejor oposición y que siempre va a ser oposición y que vos te sentís parte, identificado políticamente como parte de un colectivo que tus objetivos pueden ser compartidos. Y esa sola recompensa de sentirse parte de un grupo es fundamental para esto de la agencia.
¿Cómo impactó el escenario global de movilización social y política a nivel mundial en lo local?
Yo creo que sí impactó pero más indirectamente, o sea, en el sentido de que impactó sobre todo en instalar la idea que los jóvenes podían ser un actor protagonista fundamental. Impactó, también, porque si uno mira estrictamente los actores que se movilizaron son distintos: por ejemplo, en Mayo del ‘68 los estudiantes fueron los emprendedores, en cambio en el Cordobazo si bien ellos participaron –porque como dije la movilización fue pensada como una protesta obrero-estudiantil-, tuvieron una fuerte presencia pero subordinados sobre todo a los sindicatos peronistas en Córdoba, como era el caso del SMATA Córdoba. Porque el sindicato de Luz y Fuerza no era peronista, era independiente y era ideológicamente muy potente, pero su gremio era relativamente un gremio chico, entonces era muy potente para crear relato, para crear ideología, pero para sacar gente a la calle eran más importantes los otros.
Lo que me parece que tienen en común es ciertas ideas fuerza que estuvieron presentes en el Mayo del ‘68, que es la idea del antiimperialismo. Este era un concepto que fue muy sostenido, no necesariamente desde el discurso, no fue puesto en palabras el 29 (de Mayo del ‘69) pero sí se manifestó en cuáles fueron los objetos de destrucción elegidos: las concesionarias, autos, que se asociaban con el imperialismo. O sea, el antiimperialismo era un concepto muy importante. También la idea de la liberación nacional, que podía significar distintas cosas. En los estudiantes no era liberación nacional, en Mayo del ‘68 era liberarse de las opresiones del mundo capitalista, pero eso acá era traducido y apropiado como la posibilidad de volver a expresarse, por ejemplo en el plano de las universidades, porque habían sido suspendido los centros de estudiantes, toda posibilidad de expresión, por las leyes de Onganía. También Mayo del ‘68 reivindicó mucho la cuestión latinoamericana, la figura del Che, y eso me parece que tuvo impacto en la agencia: la idea de que posiblemente a través de la acción, pueden lograrse cosas. Esto son climas que se van generando, porque no fue sólo París, fueron toda otra serie de acciones. Entonces posiblemente también habría que ver qué conexiones hubo específicamente entre, por ejemplo, movimientos estudiantiles, es un tema muy difícil de estudiar por las fuentes.
¿Cuáles fueron las derivaciones que tuvo el Cordobazo en el corto y largo plazo?
Eso fue muy importante porque el Cordobazo fue un éxito, más allá de los muertos, más allá de las cárceles que debieron sufrir los líderes sindicales, fue un éxito en dos cuestiones principales: una, en que fue un éxito desde el punto de vista de las reivindicaciones específicas gremiales que habían originado el paro, que era la recuperación de las convenciones colectivas. El primer triunfo fue que se derrocó, se sacó, al gobernador de Córdoba, Carlos Caballero, aunque en realidad el Cordobazo no fue hecho contra Caballero, pero fue un primer signo. Y después, inmediatamente, Onganía restableció las convenciones colectivas. Entonces esto fue muy importante, aunque le puso tope, no fue la discusión colectiva abierta, paritarias abiertas, pero lo más importante para mí es que permitió una movilización intra-fábrica que estaba suspendida. O sea, para discutir convenios se tuvieron que volver a reunir comisiones paritarias, y eso yo entiendo que fue una causa bastante importante del clasismo porque generó que incluso sindicatos como los de FIAT que habían estado al margen del Cordobazo, cuando se repone la posibilidad de la discusión salarial, empiezan a haber esos ámbitos de discusión, de interacción, con el objeto de revisar los convenios. Pero ese es un mecanismo que hizo posible la expansión de un ciclo de protestas, de los sectores más movilizados a los menos movilizados. Esto también fue posible porque se tendieron canales a través de la respuesta del gobierno, por eso es tan importante ver la interacción con el oponente.
Entonces, esta situación de apertura de las convenciones colectivas permitió ir llevando discusiones a otros lugares, discusiones de las paritarias, pero que en el medio se fueron colando otras cosas. Entre esas otras cosas que se fueron metiendo fue el éxito que había tenido la manifestación callejera, entonces se fue pensando en la alternativa de esas formas de lucha y de otros repertorios como para poder modificar las cosas. Traigo a colación el caso de FIAT porque justamente fue en el contexto de la discusión paritaria que los trabajadores de FIAT de SITRAC (Sindicato de Fiat ConCord) decidieron convocar a una asamblea. La conducción del SITRAC convocó a una asamblea, cosa que tampoco antes había hecho. La asamblea fue convocada para poner en discusión el proyecto de convenio colectivo, y ahí fue rechazado totalmente, en masa, por los trabajadores de FIAT, que eran trabajadores que antes no habían participado. Fue rechazado porque piden un convenio igual que el SMATA porque son trabajadores mecánicos al igual que el resto, quieren suprimir los premios a la producción que les estaban pagando y, además, en esa misma asamblea pidieron la destitución de la comisión directiva.
Se radicalizó. Cuando vieron la posibilidad…
Exacto, entonces vos ves lo importante que son estas estructuras movilizadoras, estos canales, y a partir de ahí, entonces, es que se formó una nueva comisión en el SITRAC, que después un proceso similar se replicó en el SITRAM (Sindicato de Fiat MaterFer) que desconocieron a las conducciones anteriores y eligieron nuevas conducciones. Y lo que pasó después es que el Ministerio de Trabajo no les reconocía esas nuevas conducciones, y empezaron con tomas de fábrica. Esas primeras tomas no eran tan belicosas como llegaron a ser después, pero lo hicieron para que les reconocieran las nuevas conducciones. Y ese es un repertorio nuevo también que empieza a darse en el ‘70. Antes en el plan de lucha del ‘64 hubieron tomas de fábrica pero había sido una orden desde arriba hacia abajo dentro del plan de lucha de la CGT. Pero acá, yo creo, esto es una interpretación, que hay un intento de desplazamiento de que las decisiones se tomen en el lugar del trabajo, esto es un planteo bien clasista, y no en el sindicato, por más que el sindicato era un sindicato de empresa, es decir, un sindicato controlado por ellos, no era el SMATA. Sin embargo, hay toda una cuestión ahí bien simbólica de tomar las decisiones de manera asamblearia en el lugar de trabajo.
Después del Cordobazo, entonces, uno podría decir que hay un ciclo de protestas que tiene diferentes manifestaciones, porque tampoco es que todos los trabajadores se radicalizaron a posturas clasistas. Pero sí que en el propio SMATA aparecen núcleos clasistas y también un plan de lucha que se les escapa de las manos a las conducciones por ejemplo, en otras plantas, no en la principal que controlaba Elpidio Torres, pero sí en otras fábricas que eran más calificadas como Perdriel, como ILASA, que además quedaban más alejadas físicamente. O sea, las plantas automotrices de Córdoba estaban en el sur, y había otras que estaban en el norte de la ciudad. Pero el control no era tan cercano, y ahí sobre todo empiezan a crecer delegados, algunos, por ejemplo, de la lista Marrón, de lo que va a ser el PCR. Entonces, es otra característica la que va a tener el clasismo en el SMATA, comparado con el clasismo en FIAT, pero que también empiezan a usar estas posibilidades que se abren con la discusión de la convención colectiva.
Eso lo digo desde el punto de vista de un inicio que se puede reconstruir históricamente, porque ese es el problema cuando se usan categorías, que para mí siempre han sido súper útiles, ósea yo no puedo pensar la historia sin tratar de pensar con alguna problematización, con alguna categoría. Pero también es importante no largarlas en abstracto, sino ver cómo funcionan históricamente, poder reconstruirlas específicamente. Y en este caso, la apertura de las convenciones colectivas fue muy importante para la radicalización en los gremios, pero también desde otros lugares se fueron operando otras radicalizaciones: por ejemplo, la aparición de Montoneros en el espacio público. Incluso, ahora en el libro que estamos por publicar, hay un trabajo de Camarero y Mangiantini que plantea cómo las distintas agrupaciones de izquierda no armada leyeron el Cordobazo.2 Y entonces, para todos, el Cordobazo fue verdaderamente un hito, abría una nueva época, y desafíos de qué hacer. El Cordobazo tuvo una unidad en la acción de diversos sectores, impresionante, pero después se rompió, porque después empezaron a aparecer las distintas definiciones políticas, ya no era posible reeditar eso.
¿Cómo se vinculó el Cordobazo con otros azos que se sucedieron contemporáneamente, y que en ocasiones tuvieron esa misma alianza entre obreros, estudiantes, a veces curas tercermundistas?
Yo creo que fue posible eso porque el Cordobazo, más allá de algunas primeras interpretaciones en las que le di demasiada centralidad a Córdoba… O sea, una especificidad de Córdoba que sin dudas tenía, que sin dudas le dio la contundencia que tuvo por las características, además, de la ciudad de Córdoba, en la que los estudiantes estaban muy cerca de los trabajadores, entonces todo se programó para partir juntos, fue todo muy armado, muy planificado en reuniones con el movimiento estudiantil y con Tosco y los principales dirigentes de la CGT. Entonces Córdoba facilitó una protesta por un malestar que ya estaba a nivel nacional. Entonces también así se puede explicar que antes se habían dado protestas de trabajadores con sacerdotes en los ingenios que se cerraban en Tucumán, así que había toda una serie de malestares previos que no lograban trascender a nivel nacional, pero ya venían. Estaba la protesta de los estudiantes en todas partes, especialmente en Corrientes, estaban las marchas en Rosario, entonces ese malestar se estaba expresando por diferentes lugares.
En ese sentido, el Cordobazo fue la acción contundente, y eso fue muy importante para difundir la acción, porque además ocupó el espacio público nacional, no quedó circunscripto y no fueron hechos aislados como la muerte de un estudiante en Corrientes, a la semana mataron dos estudiantes más en Rosario, lo que dio lugar a las Marchas del Silencio, pero ahí tampoco se habían sumados todos los sectores sociales. En cambio, para Córdoba, cuando se dio la convocatoria al paro activo del 29 de Mayo, se habían convocado todos los elementos de la represión, no permitieron realizar el acto en el centro que estaba previsto, entonces empezó a haber muertes y sobre todo confrontación porque la gente no retrocedió. Cuando venían avanzando esas columnas del SMATA, les habían puesto un cordón a la altura de lo que actualmente es Plaza de las Américas - que es una rotonda que está cerca de ciudad universitaria - y habían armado un cordón enorme de la policía con balas que no eran de goma, ya que el objetivo era que no pasaran. Y la gente al ver eso se podría haber ido, pero no se fue, sí empezó a tomar caminos adyacentes, pero no se fue, se dispersó y empezó a bajar por otros barrios, pero con la consigna de llegar al centro. Eso fue muy contundente por la cantidad de muertos, porque la policía se tuvo que acuartelar porque se vio desbordada, porque tuvo que entrar el Ejército, cosa que no había pasado en las otras protestas. Y eso lo colocó en la escena nacional, transcendió a Córdoba, todos los medios gráficos, la televisión nacional, lo cubrieron y creo que eso fue bastante importante para difundir que con la protesta se podían conseguir cosas, además de las otras cuestiones que les decía antes más internas.
Entiendo que el Cordobazo fue una gran escuela para los otros azos
Claro, y después vino el Rosariazo de septiembre que estaba ligado más o menos a la misma rebeldía obrera, porque los principales promotores del Rosariazo fueron trabajadores de la Unión Ferroviaria, capataces que se negaron a suspender a gente que había participado en las protestas y que la patronal, o sea el Estado, les decía que los suspendiera y les pusiera sanciones. Ese negarse tiene que ver con un empoderamiento que sin dudas se venía aprendiendo, se negaron y convocaron a una huelga de la delegación regional de Rosario. Todo esto tiene que ver con los aprendizajes de lo que había significado el Cordobazo.
Entonces, se fue dando este proceso, yo creo que el Choconazo debería ser interpretado inicialmente como una disrupción o revuelta de las bases por sobre las dirigencias. El clasismo inicialmente fue eso, destituir a la comisión directiva del gremio y proponer una nueva, y esta idea de terminar con la burocracia sindical que lo había sostenido antes la CGTA, todos estos movimientos de base fabril fueron también otra consecuencia del Cordobazo. Esto de pensar que las dirigencias iban a tener que aggiornarse porque ahora se están pidiendo dirigencias representativas, hasta llegar a posiciones más anticapitalistas en los sindicatos. Pero sin embargo fueron distintos, creo yo, a los procesos de lo que fue el clasismo en FIAT, que me parece fue un proceso muy vertiginoso que se fue politizando con el correr de los días. O sea que, originalmente, cuando se hizo la asamblea en marzo del ‘70 no estaba la intención de definir una postura anticapitalista, sino que lo que pedían era el convenio del SMATA y por supuesto contra la dirigencia corrupta, pro-empresarial. Y de hecho todo el año ‘70 se estuvo trabajando para la definición de un nuevo convenio que fuera similar al del SMATA, y en ese proceso ya había aparecido el accionar público de distintos grupos políticos más radicalizados, también de organizaciones armadas, que se fueron acercando.
¿Qué vinculación hubo entre esa politización acelerada y el accionar de las organizaciones político-militares?
Tuvo que ver directamente. Córdoba era el faro para todas las propuestas revolucionarias. Y de hecho vos ahí tenés claramente un entrismo en las fábricas claramente, del PRT, Montoneros, Vanguardia Comunista… todas las expresiones de la izquierda fueron a parar a FIAT y, en lo que era el SMATA, estuvo más dividido. Las plantas del norte de la ciudad también sufrieron una radicalización, ahí empezó a crecer el PCR (Partido Comunista Revolucionario) y después con el PCR René Salamanca ganó el gremio en el año 1972. Pero eso fue un proceso si se quiere más ideológico, en el sentido de que ya entran con un programa. Sin embargo, Salamanca siempre fue muy cauto, en ese sentido hizo una lectura correcta, en mantener un equilibrio entre lo que el partido y su propia ideología le imponían y saber que él era un representante de los trabajadores que en su mayoría eran peronistas. O sea, a Salamanca no lo votaron por ser del PCR, nunca el PCR tuvo una adhesión mayoritaria en la planta, lo votaron porque querían terminar con años de “torrismo” y eso también fue una consecuencia del Cordobazo, querían un sindicato más democrático, con más representatividad. Salamanca pudo manejar muy bien esa doble filiación que tenía (pertenencia al partido y secretario general) y, de hecho, fue reelecto en el año 1974 en pleno gobierno peronista.
¿Qué características asumió el movimiento obrero cordobés frente a la avanzada represiva del Estado?
Eso fue muy notorio. Parece mentira cómo se desarmó tan rápidamente esa combatividad que había tenido el movimiento obrero cordobés. Lo que pasa es que la base de esa combatividad estaba, por un lado, en el SMATA (y en el SMATA aun torrista, no estoy hablando sólo del de Salamanca) porque si bien Torres era un sindicalista que a nivel nacional estaba enrolado en el Vandorismo, es decir, no era pro-izquierda ni nada de eso, él estaba muy controlado internamente por los propios trabajadores por la dinámica que él había generado al inicio de permanentes movilizaciones y asambleas en puerta de fábrica, en ese primer momento teniendo el control del gremio y para conseguir nuevos convenios. Pero esa dinámica y esa práctica lo llevaban también a que estuviera controlado y siempre en el SMATA hubo muchas agrupaciones internas. Estaba la Federación Obrera Troskista, que siempre tuvo un lugar, y varias listas peronistas, no había una única. Entonces, ya sea por convicción o por estas circunstancias, el SMATA era un gremio combativo. Además, estaba el otro sector que era el de Atilio López de la UTA (Unión Tranviarios Automotor). Torres, López y Tosco habían sido los redactores del programa de la Falda (1957). Lo que quiero decir con esto es que había habido siempre entre Torres, López y Tosco una unidad en la acción, más allá de las diferencias ideológicas. O sea, López era peronista, del sindicalismo combativo, mucho más cercano a Agustín Tosco (de hecho, ellos controlan la CGT en el año 1971 después del Viborazo, siendo López el Secretario general y Tosco el adjunto, quien no puede asumir porque justo es apresado). Esto demuestra la unidad en la acción que fue un componente muy importante en Córdoba. Una situación que era promovida por ellos y en la que los ortodoxos no participaban.
Esto es muy importante porque cuando gana el peronismo en las elecciones del ‘73 y López pasa a ser vicegobernador de la provincia (acompañando a Obregón Cano) empieza a sufrir cantidad de presiones de parte del sector ortodoxo del peronismo a nivel local y nacional con las políticas que Perón comienza a implementar, de refuerzo de las 62 organizaciones, la nueva ley de Asociaciones Profesionales que limita mucho el poder de las bases. Entonces, empieza a ser muy presionado y si bien no rompe la unidad explícitamente va alejándose de Tosco y con el SMATA, que estaba en manos de Salamanca, ya no tenía la misma relación que cuando estaba Torres. Entonces el sindicalismo de Córdoba va perdiendo posibilidad de articular. Porque antes había dos peronistas en los gremios que permitían articular y ahora no. Es decir, no era lo mismo la capacidad de convocatoria que tenía Salamanca, aunque era internamente fuerte (en la fábrica) hacia afuera no, estando Perón en el gobierno. Y, por otro lado, Tosco que mantiene una coherencia en la crítica. Tosco y Salamanca que no eran peronistas son los que cuando se da el Navarrazo3 sacan circulares e intentan organizar a otros sectores en contra de la intervención de Córdoba pero no tienen el apoyo porque está Perón. Se van quedando solos. Estos sectores que podrían haber formado una oposición, son borrados de la escena pública y de la posibilidad de actuación porque intervienen sus gremios. En el marco de la intervención de Córdoba en el momento de Lacabanne se da una fuerte represión muy feroz hacia los sectores de izquierda y en ese mismo mes, en agosto, se da la intervención del SMATA, la central lo interviene. Ese gremio se pierde, queda intervenido, Salamanca es borrado de ahí. Salamanca intenta resistir por otros lados pero no consigue apoyos. Y, al mes siguiente, se interviene Luz y Fuerza. Entonces esos dos bastiones que podrían haber organizado una resistencia se pierden. En septiembre lo matan a Atilio López. Entonces es una seguidilla: intervención del SMATA en agosto, asesinato de López en septiembre y la intervención de Luz y Fuerza en octubre. Tosco pasa a la clandestinidad con orden de captura y muere en la clandestinidad. O sea esa posibilidad de resistir se desvanece.
O sea, a una fragmentación que se había comenzado a dar en el movimiento obrero se sumó el avance represivo que terminó de desarticular
Exacto. Es muy importante esto porque a veces el énfasis está en la derrota desde arriba y por supuesto no se puede negar la represión. Pero, la falta de apoyo había empezado antes. No pudieron sin el peronismo. El peronismo se alineó defendiendo a Perón. Esa unidad en la acción que pudieron tener en la etapa de la dictadura y de los gobiernos radicales después se unificó ahí, borrando también a otro sector como el liderazgo de Atilio López que lo acribillan en Buenos Aires. Así que no hubo posibilidad de respuesta, de respuesta que articulara algún tipo de oposición.
Ahora, obviamente hay una continuidad en lo represivo con el terrorismo de Estado. Y si pensamos en el año 1983, ¿Qué impacto tuvo el Cordobazo en el movimiento obrero post 1983?
Eso es lo que vengo trabajando hace unos años. Preguntándonos que pasó con esos dirigentes combativos que tuvieron tanto protagonismo en esos núcleos. Algunos fueron desaparecidos, otros fueron presos, otros se fueron al exilio pero no se perdió contacto. Las redes de activistas sindicales dan cuenta de recorridos personales, las redes no son de organizaciones porque nunca es así (y menos en una época como la de la dictadura).4 Montoneros en el exilio, estando en Roma, forman el Movimiento Peronista Montoneros, se cambian el nombre y dejan formalmente de ser una organización armada, aunque siguen pensado en la acción armada y la contraofensiva. Pero definen muy bien una vertiente sindical de Montoneros, establecen una división de tareas y una entrada, se dan cuenta que han descuidado mucho la acción gremial. Entonces deciden entrar en los gremios desde una posición muy pluralista, buscando lo que ellos llaman una confluencia sindical. De hecho, hay un primer boletín que circula financiado desde el exterior que se llama “Confluencia sindical” donde convocan a diferentes sectores a recuperar los gremios, esa es la consigna. Formar listas opositoras en los gremios que son las listas verdes y las listas naranjas. Algunos son verdes sin venir de la tradición de Montoneros, sino que viene del peronismo como el caso de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado), pero hay otros que vienen directamente de Montoneros como el Barba Gutiérrez de la lista naranja en Quilmes. Y en Córdoba hay varias conexiones en gremios importantes como por ejemplo el SUOEM (Sindicato Único de Obreros y Empleados Municipales) de los municipales, en la asociación bancaria, en general son gremios estatales, también en la alimentación… Hay un cambio de estrategia donde lo que quieren hacer es volver a tener una participación, recuperar el contenido gremial y obrero. Y para ellos la figura del Cordobazo es sumamente importante. Ellos reivindican el programa de la Falda (1957), de Huerta Grande (1968)5, la CGTA (1968), ese es un ícono. Todos los que van a nuclearse, por lo menos de los que yo he podido seguir el recorrido, han pertenecido a la CGTA y la reivindican como un modelo a seguir.
Qué impactante a pesar de haber sido un proyecto tan corto…
Pero porque también se está pensando, algunos de ellos no todos, algunos de ellos están recuperando el contenido movimientista que tuvo la CGTA, el sentido de un sindicalismo de movimiento social.
No aislado en la lógica de la fábrica sino pensado en vinculación con otros sectores Claro, con otros sectores. Pero también porque para entonces, y esto es un aprendizaje muy importante que para mí hacen aquellos que viven el exilio, hay un reconocimiento del cambio que se ha sufrido en la organización del trabajo. La diversidad de situaciones que enfrenta el panorama sobre todo latinoamericano donde el trabajador ya no es sólo el trabajador asalariado sino trabajadores informales, cuentapropistas, mujeres que no son sindicalizadas. Entonces hay una propuesta que la lanza la CLAT (Central Latinoamericana de Trabajadores), para mediados de los setenta, de conformar un movimiento de los trabajadores, o sea, no hablan de una central sino de un movimiento (es la idea que luego va a recuperar la CTA -Central de Trabajadores Argentinos-) en donde la idea del trabajador ya no es sólo asalariado. Es decir, se empiezan a dar cuenta de las distintas alternativas que hay que formar.
Y ¿en qué medida este proyecto se puede plasmar dentro del movimiento obrero cordobés en el marco de la apertura política?
De hecho se plasma porque consiguen la conducción de algunos gremios. No la idea de un movimiento de los trabajadores como alternativa, aún no. Pero sí consiguen la conducción de gremios importantes. Así como quieren penetrar en gremios y formar agrupaciones, por ejemplo el peronismo de izquierda, Montoneros específicamente, bueno, no son los únicos. Por ejemplo, toda la gente de villa Constitución, de la lista Marrón también hacen lo mismo, también sacan periódicos como “Democracia Sindical” y también quieren hacer una tarea de formación sindical para pensar nuevas formas de democracia. No son los únicos, hay varias alternativas.
Los peronistas conforman un grupo que se llaman las “Agrupaciones Sindicales Peronistas”, las ASP, o sea, no es insertarse en las 62, y desde ahí empiezan a hacer recorridas por varios lugares del interior del país. Siempre recuperando la experiencia del Cordobazo, de la CGTA, de democracia, ellos hablan permanentemente de la democracia sindical y después van a formar unas listas que son las que en el equipo estamos trabajando como la de los trabajadores municipales, la asociación bancaria, la alimentación, la construcción, ganan otros gremios más chicos como el calzado.
Y ¿eso se replicó en otros lados?
Habría que estudiarlo. Yo creo que en Rosario… bueno ATE es otro de los que recuperan… no de Montoneros pero sí de sectores que estaban ligados a las ASP, separados de las 62, en Rosario, Quilmes, Mendoza… digo, no son sectores mayoritarios.
Pero sí indicios de una experiencia sindical diferente
Sí, diferente y poco conocida. Se ha planteado que el sindicalismo no tenía proyectos de democratización, que solamente quería replicar lo mismo, y la mayoría sí, no estoy desconociendo eso, pero también estaban estos sectores. Incluso había agrupaciones como el ENTRA (Encuentro Nacional de Trabajadores Argentinos), ligado al sector de Piccinini que apoyaba el proyecto Mucci6 porque lo veía como una forma de poder entrar en los gremios frente a esas burocracias, pero cuestionaba la pretensión del gobierno de determinar la composición del consejo directivo por ejemplo. Estos sectores sindicales de izquierda, las ASP, también apoyaron el proyecto Mucci, el contenido del proyecto pero poniéndole condicionamientos. Por ejemplo, les parecía bárbaro la elección desde abajo hacia arriba, o sea, empezar por la elección de delegados y después llegar a la elección de las conducciones. Eso lo apoyaban. Pero no que intervinieran en la forma de organización interna de los gremios. Si Alfonsín hubiera instalado el debate y hubiera juntado toda esa diversidad de experiencias a lo mejor se podría haber sacado un proyecto mejor que el que terminó saliendo en el año 1988. Lo que pasa es que claramente el proyecto de Alfonsín era desperonizar al movimiento obrero y eso era una lectura imposible. Desperonizar no, pero sí podía democratizar con el peronismo, captar a estos sectores que eran peronistas y se oponían a la burocracia, que querían un mejor modelo de organización, con mayor participación y mayor representación.
Como una imposibilidad de ver matices dentro del mismo peronismo
Exactamente. No pudo ver matices. Para Alfonsín el peronismo sindical era todo corporativo, era todo lo mismo y además no supo hacer, desde mi perspectiva, un análisis de la realidad…
¿Cómo se pensó que iba a poder aprobar un proyecto que afectaba a los sindicatos sin haberlo bajado a discutir con los sindicatos? El proceso fue re-corto. Lo bajó en diciembre y diputados lo aprobó en febrero porque tenía mayoría, todo muy expeditivo pero sin haber convocado a ninguno de los sectores sindicales. ¿Cuál fue la reacción inmediata? La CGT estaba dividida pero el 1 de enero de 1984 el sector de Triaca y Ubaldini se unificaron. Claro! Se unieron para oponerse al proyecto Mucci.
Hoy a 50 años, ¿qué lugar ocupa el Cordobazo en el movimiento obrero cordobés? Este año ha habido muchas actividades. Se abrió la “Casa de los Trabajadores” que era el local de la vieja delegación regional de la CGT, se hicieron actos, jornadas… pero al interior del movimiento obrero hay… no sé si se puede generalizar porque nosotros hicimos unas jornadas7 y convocamos a muchos dirigentes, pero la conducción actual de la CGT regional Córdoba tiene una visión demasiado anti-intelectual. De hecho ellos se creen los dueños de la interpretación del Cordobazo y establecen la diferencia con lo que “plantea la universidad”, y es difícil penetrar en ese discurso según el cual fue esencialmente un movimiento organizado desde la CGT desconociendo la importancia de la participación de otros actores. Sí es una figura que está presente en el movimiento obrero. Pero quizás se lo asume como algo demasiado exclusivo de Córdoba y se pierde la dimensión nacional de la lucha que había. Hay una idea como que el Cordobazo sirve para legitimar la particularidad de los cordobeses, que somos unos capos, [es una ironía] la Córdoba de la Reforma, la Córdoba del Cordobazo, y se pierde un poco de vista la conflictividad nacional que había.
Y cuando lo retoman, ¿qué retoman? ¿Cómo lo resignifican?
Lo retoman como lucha contra la dictadura. Y retoman también el valor que tiene la idea del pueblo saliendo a la calle a manifestar su desacuerdo. Pero eso lleva necesariamente a otras asociaciones lamentables como, “Córdoba la que se anticipa a todo lo que pasa en el país”, “Córdoba la rebelde”. También sirve para justificar posiciones del cordobesismo conservador, para justificar posiciones que hoy tiene el peronismo cordobés. Esa idea de aislarse, eso es un sentimiento que es muy difícil de romper. “Córdoba la rebelde” en sentido positivo y negativo. La excepcionalidad cordobesa. Tema que últimamente yo estoy tratando de desmontar. Al comienzo yo también la sostenía pero, después, uno empieza a tener una perspectiva más amplia de lo que pasa en el país, Y además el efecto político negativo que tiene la idea de sostener la excepcionalidad cordobesa. Por eso fue una decisión académica y política plantear las jornadas de este año como la reconstrucción del ciclo de protesta. Córdoba integrada. Pensada en el marco de una lógica nacional y latinoamericana. Córdoba podía dar, y de hecho lo venía ejerciendo, una alta conflictividad sindical, incluso tal vez sindical y estudiantil, pero eso no hace un Cordobazo. Eso no produce el Cordobazo. La experiencia previa que se aceitó muy bien en esas jornadas, de protestas al centro no te produce una suma de otros sectores, no te produce una insurrección urbana. La acción de otros actores que trascendían a Córdoba. Ahí hay que ver otras cosas que no eran exclusivas de Córdoba.
Notas:
*Profesora en Historia por la Universidad de Buenos Aires, Magister en Política Internacional por la Universidad de Melbourne (Australia) y Doctoranda en Historia por la Universidad de San Andrés. Docente en el área Argentina e investigadora en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue/Cehepyc/CLACSO. Se especializa en Registra entre sus antecedentes publicaciones sobre problemáticas vinculadas a la historia de la última dictadura militar argentina, el exilio, las organizaciones de derechos humanos y la Iglesia Católica.
**Doctora en Historia por la Universidad Nacional de La Plata. Docente en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue, e investigadora en el IPEHCS (CONICET/UNCo) y en el CEHEPYC (UNCo). Investigadora asistente del CONICET. Se especializa en historia reciente argentina, específicamente en el estudio de la guerra y posguerra de Malvinas.
1Se refiere al teórico William Gamson, quien fue uno de los referentes del estudio de los movimientos sociales a partir de su libro fundante “La estrategia de la protesta social” de 1975.
2Hernán Camarero y Martín Mangiantini “¿Qué hacer con el Cordobazo? Las izquierdas: antes, durante y después de mayo de 1969”, en: Gordillo Mónica (comp.) 1969. A cincuenta años. Repensando el ciclo de protestas, Buenos Aires, CLACSO-UNC, 2019, pp.89-120.
3El 27 de febrero de 1974 el jefe de la policía provincial, Antonio Navarro, se alzó contra el ejecutivo provincial liderado por el gobernador Obregón Cano y el vicegobernador Atilio López, ambos cercanos a la Tendencia Revolucionaria del Peronismo. La sublevación se dio en el marco de la orden de “depuración interna del peronismo” dada por el propio partido y contó con el apoyo explícito del sindicalismo oficialista, la Juventud Sindical Peronista, el suministro de armas desde el Ministerio de Bienestar Social de la Nación y el apoyo silencioso del mismo presidente. La intervención federal que se produjo luego por este estado de excepción, en vez de restablecer a los gobernantes legítimos en sus cargos, avaló la intervención de las fuerzas de seguridad policiales para derrumbar el gobierno.
4Mónica Gordillo, “La vertiente “montonera” en la reconstrucción del sindicalismo cordobés en democracia”, Cuadernos de Historia. Serie economía y sociedad, N° 19, 2017, pp. 128-169; Mónica Gordillo, “Activismo sindical transnacional en el Cono Sur: algunas experiencias”, Clepsidra. Revista Interdisciplinaria de Estudios sobre Memoria, 2017 2017. Disponible en https://ri.conicet.gov.ar/handle/11336/65445.
5Los programas de La Falda y Huerta Grande son los documentos elaborados en dos Congresos de Trabajadores en donde los obreros exponen sus demandas y posicionamientos políticos frente a las discusiones del momento, en el marco de la resistencia peronista. Impregnados de un ideario clasista y revolucionario, los mismos son considerados antecedentes del Programa 1 de Mayo de la CGTA.
6Se llamó así al proyecto de ley de Reordenamiento Sindical que Alfonsín envió al Congreso apenas asumió el mandato en diciembre de 1983.
7Se refiere a las Jornadas “A 50 años del Cordobazo: Repensando el ciclo de protestas obreras, rebeliones populares e insurrecciones urbanas”, organizadas por la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba y que se llevaron a cabo los días 23 y 24 de mayo de 2019