RESPUESTA LACUSTRE A LA VARIABILIDAD CLIMÁTICA EN LOS VALLES
TRANSVERSALES (LA PAMPA, ARGENTINA)
Félix Ignacio Contreras[1]
Valeria Soledad Duval[2]
(Manuscrito recibido el 21 de octubre de 2020, en versión final 26 de mayo de 2021)
Para citar
este documento
Contreras,
F.I. & V. S. Duval. (2021). Dinámica morfométrica de las lagunas de los
valles transversales de la provincia de La Pampa como respuesta a eventos
extremos de inundación y sequía Boletín geográfico,
43 (1), 13-31.
Resumen
Las lagunas del valle transversal de la provincia de La
Pampa se caracterizan por ser cuerpos de agua someros y de carácter permanente
o temporario, que presentan diferentes respuestas frente a eventos de
inundación y sequía. El objetivo del trabajo es conocer la respuesta de este
sistema lagunar frente a estos eventos extremos para lograr su alerta temprana.
Es por ello que se realizó un análisis de la variabilidad pluviométrica en el
cual se utilizó el Índice Estandarizado de Precipitación (SPI, en inglés)
aplicado en varias localidades del área de estudio con datos pluviométricos del
período 1960-2017. Se hizo además un estudio de las variaciones morfométricas
de las lagunas y charcas temporales. Para ello, se procesaron y analizaron
imágenes satelitales Landsat 5 TM path/row 228/086 que también fueron utilizadas para calcular los
parámetros morfométricos definidos por Hutchinson (1957). Como resultado, se
pueden mencionar que este sistema lagunar se caracteriza por la heterogeneidad
en las respuestas morfométricas de sus superficies ocupadas con agua durante
los eventos extremos de inundación y sequía. Por otra parte, al norte y este
del área de los valles transversales existen períodos más húmedos y más
extremos mientras que hacia el sur se presentan mayores períodos de sequía. La
superficie cubierta con agua en eventos extremos de inundación cuadriplica la
misma respecto en eventos extremos de sequía. Las respuestas morfométricas
poseen una dirección SO-NE en sequía, mientras que en eventos de inundación es
a la inversa NE a SO. Por lo tanto, el seguimiento de las variaciones
morfométricas de las charcas temporales constituiría una herramienta
fundamental en la gestión de alerta temprana contra las inundaciones y sequías
regionales.
Palabras clave: Morfométrica de lagunas, Eventos climáticos extremos, Valles transversales, La Pampa.
SHALLOW LAKES RESPONSE TO
CLIMATE VARIABILITY IN TRANSVERSAL VALLEYS (LA PAMPA, ARGENTINA)
Abstract
Shallow lakes present different
responses to flooding and drought events. This paper presents an analysis of
rainfall variability was carried out using the Standardized Precipitation Index
(SPI) applied to several locations in the study area with rainfall data from
1960-2017 to understand the response of this lagoon system to extreme events to
enhance early warning. The morphometric variations of the shallow lakes and
temporary ponds were also analyzed using, Landsat 5 TM path / row 228/086
satellite images following by Hutchinson (1957). The results indicates that the
shallow lake system is characterized by the heterogeneity in the morphometric
responses of water surfaces during extreme events of flooding and drought. On
the other hand, in the northern and eastern areas of transversal valleys there were
wetter and more extreme periods, but southern zones presented longer periods of
drought. The total surface covered with water in extreme flood events was four
times the extreme drought events area. The morphometric responses have a SW-NE
direction in drought, while in flood events reverses to NE - SW. Therefore,
monitoring morphometric variations of temporary pools would constitute a
fundamental tool in the management of early warning advice in regional floods
and droughts situations.
Keywords: Lagoons morphometric, Extreme climatic events,
Transversal valleys, La Pampa
Introducción
Los conocimientos acerca de la distribución y la fluctuación
en los niveles del agua son relevantes para la planificación de las actividades
económicas y el desarrollo urbano. Por otra parte, el uso del suelo, las
actividades económicas, el crecimiento espacial de las ciudades, entre otros
factores, generan cambios en la morfometría e hidrología de las lagunas. En
este sentido, cuanto más se conoce acerca de los aspectos físicos – naturales
del proceso que desencadena un determinado riesgo, mejor se lo podrá
interpretar y obrar en consecuencia para evitar sus impactos negativos y de esa
manera reducir la potencialidad del fenómeno natural (Natenzon,
2007).
Ante escenarios de cambio global que muestran una
variabilidad en el número y en los niveles de agua de lagos y lagunas, ha
crecido el interés en conocer los patrones de dicha variabilidad a corto,
mediano y largo plazo. Existen numerosos trabajos en los que se intenta
determinar, mediante casos locales y regionales, la influencia de los
parámetros climáticos sobre la dinámica de los cuerpos de agua superficiales (Coops et al., 2003; Torremorel et
al., 2007; Rosenzweig et al., 2007; Wantzen et al.,
2008; Hofmann et al., 2008; Satya Panigrahi et al.,
2009). Éstos abordan el problema desde diversos puntos de vista tales como la
variabilidad de nutrientes y composición de la biomasa algal, turbidez y
transparencia de las aguas, los efectos ecológicos de las fluctuaciones del
nivel del agua en los lagos, así como también la variabilidad en la composición
del zooplancton.
Teniendo en cuenta que a nivel mundial existen más de 170
millones de lagos mayores de una hectárea, se ha establecido que los mismos
funcionan como centinelas del cambio y la variabilidad climática debido a su
rápida reacción ante cualquier evento atmosférico (Adrian
et al., 2009; Williamson et al., 2009). La gran extensión de la República
Argentina y su variación latitudinal y altitudinal determinan la existencia de
una gran diversidad y riqueza de ambientes acuáticos. Sin embargo, la
distribución no es regular en todas las regiones. En el noreste del país hay
una gran abundancia de cuerpos de agua mientras que, en zonas áridas y
semiáridas como la Puna, el agua suele ser un factor limitante para el
desarrollo de la vida y las actividades humanas (Canevari
et al., 1999). Según Contreras y Paira (2016), sólo en la región de lomadas
arenosas de la provincia de Corrientes, existe un total de 38.926 lagunas. En
el caso de la provincia de Buenos Aires, según Dangavs
(2005) se pueden contabilizar más de 300.000 cuerpos de agua, aunque estudios
más recientes (Geraldi et al., 2011) presentan esos
valores entre 200.000 y 300.000 dependiendo de las condiciones de sequía y
humedad. Las más numerosas son aquellas cuya superficie oscila entre 0,05 y 10
ha, en un número aproximado de 146.000. Las más trascendentes y conocidas son
las lagunas mayores a 10 ha, cuyo número alcanza a 10.500. La lista se completa
con unas 200.000 microcubetas, cuya superficie se
encuentra entre 0,01 y 0,05 ha y un número indeterminable de charcas con
superficies menores a 0,01 ha. Se diferencia de las de la provincia de
Corrientes donde solo 3.664 superan las 10 ha, lo que implica que el restante
91% de las lagunas se encuentran por debajo de ese valor. Al igual que en la
provincia de Buenos Aires, existe un predominio absoluto de microcubetas
con un total de 31.958 que representarían el 82% de las lagunas de la región
(Contreras y Contreras, 2017).
La fluctuación en los niveles de un lago o laguna está en
función de su balance hidrológico para establecer algunos cambios abruptos en
grandes lagos (Gronewold et al., 2016). Algunas de
ellas son más frecuentes en reservorios y lagos localizados en regiones donde
los eventos de precipitaciones son estacionales y cuyo régimen es irregular (Geraldes y Boavida, 2005). Los
eventos extremos y su influencia sobre el nivel de agua de los lagos se
estudiaron nivel mundial (Hofmann et al., 2008). A la vez que son considerados
consecuencias significativas del cambio climático (Lehner
et al., 2006; Adrian et al., 2009). Por tratarse de
cuerpos de agua muy someros, las lagunas del área de estudio responden
rápidamente a fenómenos meteorológicos locales, variaciones interanuales, etc. como se propone en Contreras y Paira (2016). Sin embargo,
en la actualidad no se conocen los tiempos de respuestas, tanto morfométricas
como hidrológicas de estas lagunas.
En reservorios localizados en regiones donde los eventos de
precipitación son estacionales y presentan un régimen irregular las
fluctuaciones son más frecuentes. Las variaciones en los niveles del agua a
distintas escalas temporales y en relación a sus impactos ecológicos fueron
estudiadas en el lago Constance (Alemania) por
Hofmann et al. (2008). Teniendo en cuenta las rápidas respuestas de las
lagunas, el estudio y dinámicas naturales de estos cuerpos de agua son
fundamentales para reducir al mínimo los posibles riesgos de anegamientos que
deja expuesta a la población. Esto se debe analizar especialmente en la
ocupación de nuevos espacios en los crecimientos urbanos de la región, así como
en los potenciales usos sustentables del recurso, principalmente durante
eventos de sequía.
Para Contreras (2015), un mal uso del recurso hídrico o bien
el desconocimiento de sus variaciones extremas contribuye a la pérdida del
paisaje natural. Los conflictos relacionados con el agua indudablemente son
conflictos socio-ambientales que exigen, según López Mera et al. (2015), la
comprensión de la caracterización de los recursos hídricos, de las condiciones
que impone la dinámica del ciclo hidrológico sobre la organización social en
torno al agua, a sus formas de extracción (organización y tecnología), así como
las escalas de tiempo (ciclos anuales o siglos) y espacio (cuencas o regiones
hidrológicas, subterráneas o superficiales) y demás recursos y grupos sociales
vinculados por el agua en movimiento. A su vez, en Contreras et al. (2014) se
concluye que esas variaciones, tanto morfológicas como morfométricas, son las transiciones
propias de la dinámica geomorfológica de la región, principalmente si se trata
de un área con procesos activos y susceptible a cambios en cortos períodos de
tiempo.
Este trabajo pretende conocer cómo responde el sistema de
lagunas de los valles transversales de la provincia de La Pampa ante la
variabilidad en las precipitaciones, con el fin de establecerlas como un
elemento del paisaje clave en la gestión de la alerta temprana contra los
riesgos de inundación y sequía.
Metodología
Los valles transversales de La Pampa se localizan en el
centro este de la provincia de La Pampa. Su clima es templado de transición con
una temperatura media anual de 15 ºC y sus
precipitaciones disminuyen de noreste a suroeste. En el noreste de los valles,
el clima es más bien subhúmedo seco, mientras que en el sudoeste es semiárido.
La precipitación media anual en la región varía de 450 a 600 mm (Berón et al., 2015). Los suelos son evolucionados con diferenciación de
horizontes y fitogeográficamente (Cabrera, 1976) el
área constituye un ecotono entre el pastizal pampeano (Distrito Pampeano
Occidental en la provincia fitogeográfica de la Pampa) y el bosque de caldén
(Distrito del caldén en la provincia fitogeográfica del Espinal). Para el
estudio de la variación pluviométrica de esta región se consideraron las
localidades de Guatraché, Alpachiri,
Doblas y Colonia Santa María (Figura 1).
Figura 1.
Localización de los valles transversales en La Pampa, ubicación en la provincia
y en Argentina.
El centro-este de la Pampa está inserto en el Bloque
central, área que fue deformada y ascendida durante la orogenia andina en el
Mioceno (Lorenzo, 2012). En esta zona se desarrolla la Formación Cerro Azul, de
gran extensión en toda la provincia, conformada por sedimentitas
continentales del Plioceno que afloran en forma discontinua (Visconti et al.,
2010). Esta unidad está compuesta por limos arenosos y areniscas limosas. Parte
de este material proviene de las cuencas de Quehué,
Macachín y Cuenca del Colorado que fue depositado sobre el basamento
cristalino. En algunos sectores de la formación, los sedimentos antes
mencionados fueron reemplazados por la presencia de tosca que tiene una
profundidad de hasta dos metros (Visconti et al., 2010).
Sobre la Formación Cerro Azul se desarrolla la unidad
geomorfológica de los valles transversales o sistemas de depresiones
transversales. Estos poseen una forma de abanico con orientación OSO-ENE en el
este de la provincia y tienen una longitud de alrededor de 100 a 150 km y un
ancho de entre 5 y 15 km (Lorenzo et al., 2013). El origen de estos valles
tiene diversas hipótesis, entre ellas el erosivo y el tectónico (Visconti et
al., 2010). En el interior de los valles
es frecuente la presencia de cadenas de médanos que son depósitos eólicos de
arena fina y costra calcárea o tosca. Además, se presentan lagunas y lagos
permanentes o temporarios. En los sectores más deprimidos de los valles
transversales se forman lagunas, salinas o salitrales, que son temporales o
permanentes. Estos presentan características similares que se diferencian de
otros cuerpos de agua que no forman parte de esta unidad geomorfológica
ubicados a pocos kilómetros. Las lagunas localizadas en el oeste bonaerense
forman parte de la extensa llanura pampeana caracterizada por una escasa
pendiente. Estas son producto de la acción fluvial en un área de suelos
drenados. Son paleocanales que se caracterizan por márgenes uniformes y bien
definidos. En su mayoría son salinas que se activan durante los períodos húmedos
(Geraldi et al., 2011).
Análisis de la
variabilidad pluviométrica
Para conocer la dinámica hidrográfica de las lagunas
pertenecientes a los valles transversales se realizó una búsqueda de datos
históricos de precipitación de lugares cercanos a estas lagunas. Se
seleccionaron las estaciones meteorológicas de Guatraché,
Colonia Santa María, Doblas y Alpachiri. Los datos de
estos sitios pertenecen al período 1960 – 2011 y fueron extraídos de la
Administración Provincial del Agua de la provincia de La Pampa. A su vez,
fueron complementados hasta el año 2017 con los registros pluviales de la
Policía de la provincia de La Pampa.
Se aplicó el Índice Estandarizado de Precipitación (SPI)
creado por Mckee et al. (1993). Este índice permitió
identificar los períodos húmedos y secos de las ciudades analizadas sobre la
base de datos de las precipitaciones. Los valores normales del índice poseen un
rango de –0,99 a 0,99 siendo los valores positivos los que indican eventos de
exceso mientras que los valores negativos muestran eventos de sequía.
Estos valores pueden ser utilizados con distintas escalas
temporales, siendo el SPI 1 el que muestra un análisis mensual y el SPI-12 para
análisis anuales. Para el cálculo de este índice se utilizó el programa SPI Generator del National Drought
Mitigation Center (NDMC, 2020) de la
Universidad de Nebraska.
Índice |
Categoría |
2,0 o más |
Extremadamente húmedo |
1,5 a 1,99 |
Muy húmedo |
1,0 a 1,49 |
Moderadamente húmedo |
-0,99 a 0,99 |
Normal o aproximadamente normal |
-1,0 a -1,49 |
Moderadamente seco |
-1,5 a -1,99 |
Severamente seco |
-2 y menos |
Extremadamente seco |
Tabla 1. Valores posibles de SPI - SPEI y categorías de la
severidad del evento extremos de inundación y/o sequía.
Esta aplicación permite integrar los datos pluviométricos de
las estaciones meteorológicas en diferentes escalas de tiempo (semanal,
mensual). Como resultado se obtiene el valor de IPE, su frecuencia y duración
de los períodos de sequía. Los resultados obtenidos serán clasificados según su
severidad teniendo en cuenta la Tabla 1. El gráfico del IPE-12 se realizó para
el período 1960-2017.
Análisis del estado morfométrico de las lagunas
Una vez que se establecieron los períodos húmedos, normales
y secos, se realizó un estudio de las variaciones morfométricas de las lagunas
y charcas temporales para analizar significativa variabilidad morfométrica del
sistema lagunar del área de estudio. Para ello, se analizaron imágenes
satelitales Landsat 5 TM path/row
228/086 (Tabla 2). Las mismas se descargaron del sitio del Servicio Geológico
de Estados Unidos (USGS, www.glovis.usgs.gov).
Satélite |
Fecha |
Tipo de evento |
Landsat 5 TM |
09/2004 |
Lluvioso |
12/2004 |
Lluvioso |
|
05/2005 |
Seco |
|
11/2005 |
Normal |
|
12/2006 |
Normal |
|
03/2007 |
Lluvioso |
|
11/2009 |
Seco |
|
04/2010 |
Normal |
|
10/2010 |
Seco |
Tabla 2. Imágenes
satelitales LANDSAT 5 TM utilizadas para realizar el análisis morfométrico de
las lagunas periurbanas (Período 2003-2010).
Inicialmente, las imágenes fueron procesadas digitalmente.
Esto se realizó aplicando una clasificación no supervisada del tipo Interactive Self-Organizing
Data Analysis Technique (Algorithm) (ISODATA). Este
método diferenció a los cuerpos de agua de la superficie terrestre según su
característica radiativa. Para la delimitación de la
laguna, se empleó la metodología empleada en Contreras et al. (2020) donde se
presentaron terrenos húmedos y agua, ambos con baja reflectividad, utilizando
la técnica de Masking de ENVI 4.3. La misma se
realizó indicando el rango de valores de los píxeles que correspondieron a la
clase agua, dejando fuera los de terrenos húmedos. Esto permitió discriminar la
cobertura del agua de los terrenos húmedos. Una vez elaborada la máscara se
aplicó sobre la imagen. Las imágenes corresponden al período 2003 – 2010, ya
que en el mismo se pudieron evidencias situaciones extremas. Posteriormente,
los resultados de las clasificaciones fueron exportados en formato vectorial
para ser analizados en el Sistema de Información Geográfica ArcGIS 10.1. Una
vez que se procesaron las imágenes satelitales, se realizó el cálculo de los
parámetros morfométricos definidos por Hutchinson (1957). Los parámetros
utilizados fueron los siguientes:
a. Área (A). Extensión en has del cuerpo de agua en los
distintos eventos pluviométricos.
b. Perímetro (P). Su cálculo fue necesario para obtener el
índice de desarrollo de costa.
c. Desarrollo de línea de costa (DL). El mismo
permite definir las formas de las lagunas según Hutchinson (1957), el cual fue
readaptado para el paisaje estudiado por Contreras y Contreras (2017) n:
Circular (1,00 - 1,14), Subcircular (1,15 – 1,29),
Triangular (1,3 – 1,99), Irregulares simples (2,00 – 2,99), Dendrítica (3,00 –
3,99) e Irregulares complejas superiores a 4. Esta nueva clasificación se
realizó con base en la cantidad y grado de conexión entre lagunas.
d. Densidad Lacustre. Se define como el área ocupada por
lagunas de una región, en relación a la superficie del paisaje o unidad de
análisis total y expresada como un porcentaje (Contreras et al., 2021).
Resultados y discusión
Recurrencia de eventos extremos y variabilidad pluviométrica
La localidad de Guatraché posee
una precipitación media anual de 646 mm. Durante el
período de análisis existieron varias fluctuaciones, siendo los años 1976,
1984, 1985, 1991 y 2001 con precipitaciones que superaban los 1000 mm anuales.
Por otra parte, en los años 1962, 2005 y 2009 los valores fueron inferiores a
400 mm. Con valores muy cercanos a los 400 mm se
reconocen los años 1961, 1971, 2006 y 2008. La localidad de Colonia Santa María
posee una precipitación media anual de 645,5 mm.
Durante el período de análisis las precipitaciones superiores a 1000 mm se
registraron en los años 1985, 1992, 1999, 2001 y 2004. Otros años
significativos por su cantidad de precipitación son 1968 y 1976. Por otra
parte, los años con precipitaciones inferiores a 400 mm se registraron en los
años 1962, 1965, 1971, 1981, 2009, 2015 y 2019. En el caso de Alpachiri, su precipitación media es de 694 mm. Los años con precipitaciones superiores a 1000 mm
fueron 1976, 1984, 1985, 1991, 1992, 1999 y 2001. Los años con precipitación
menor a 400 mm son 1962, 1971, 1980, 2009, 2013 y 2018. La localidad de Doblas
presenta un valor medio de 735,8 mm para el período seleccionado. En los años
1984, 1985, 1992 y 1996, 1999 y 2001 las precipitaciones superaron los 1000 mm
mientras que, en los años 1962, 1971, 2009 y 2019, los valores fueron
inferiores a 400 mm.
Considerando los resultados del SPI-12 de Guatraché (Figura 2 a) durante período 1960-2017 existen
ciclos húmedos y períodos. Entre los primeros se destacan 1980 como
extremadamente húmedo, 1977 y 1991 como años muy húmedo y 1977, 1985, 1991,
2001 y 2002 como moderamente húmedos. En cuanto al
período seco, se observan que los años 1962, 1971 y 2009 presentan valores de
sequía extrema. Con valores de sequía severa se reconocen 1961, 1971, 2006 y
2009. Los años con una sequía moderada
son 1961, 1971, 2005, 2006 y 2008. Para el caso de Colonia Santa María (Figura
2 b), el año que muestra un período muy húmedo es el 2000 y los años
moderadamente húmedos son 1968, 1976, 1985, 1993, 1999, 2001 y 2002. No posee
períodos extremadamente húmedos. En cuanto al período de sequía se identifica
como extremadamente seco el año 2009, como severamente seco 1970 y
moderadamente seco 1962, 1964,2008, 2015 y 2019.
Alpachiri posee dos
años extremadamente húmedos dentro del período, ellos son 1997 y 1998 (Figura 2
c). Luego otros años muy húmedos como 1986, 1996 y 1999. Los años moderadamente
húmedos son 1984 y 1985. No se observaron años con sequía extremas o severas.
Los años con valores de sequía moderada son 1962, 1971, 1980 y 2018. Doblas cuenta con años extremadamente húmedos
como 1997, 2000 y 2007 (Figura 2 d) y moderadamente húmedos como 1993,1999 y
2006. En algunos casos el registro se presenta en el año posterior al año
húmedo o seco. No se registraron años valores de extrema o severa sequía, los
años con moderada sequía son 1962 y 1971.
En general, los períodos de sequía y de humedad coinciden en
las localidades seleccionadas, con la diferencia que en algunas de ellas los
valores son más extremos. Esto se debe a su localización, las que están
ubicadas más hacia el norte y este de la provincia como Alpachiri
y Doblas poseen períodos más húmedos, y si bien las sequías no son tan
extremas, sí poseen mayor duración en el tiempo. Mientras hacia el sur, Guatraché y Colonia Santa María presentan mayores períodos
de sequía, pero los eventos de inundación no son tan extremos.
La frecuencia de las categorías de intensidad del SPI-12 se
muestra en la Tabla 3. Para ello se utilizaron los valores mensuales del
período. Se observa que la mayor cantidad se encuentra en la situación normal o
aproximadamente normal. En el caso de Guatraché,
tiende a tener mayor frecuencia en la situación de sequía, principalmente
moderada. Sin embargo, la frecuencia de los periodos secos y húmedos en Santa
María son similares, pero las sequías son más extremas que en Guatraché. Esto se debe a se localiza más al suroeste que Guatraché. Las localidades de Alpachiri
y Doblas presentan una mayor frecuencia en las situaciones de humedad,
principalmente moderada mientras que no poseen valores en las categorías de
extremadamente seco. Esto se debe a que se ubican más al norte de las
localidades previamente analizadas.
Figura 2. Valores de
SPI-12 de las localidades seleccionadas (1960-2017). a) Guatraché,
b) Colonia Santa María, c) Alpachiri y d) Doblas.
Categorías |
Guatraché |
Colonia Santa María |
Alpachiri |
Doblas |
Extremadamente húmedo |
12 |
12 |
38 |
36 |
Muy húmedo |
21 |
36 |
26 |
25 |
Moderadamente húmedo |
44 |
70 |
55 |
68 |
Normal o aproximadamente normal |
504 |
459 |
516 |
524 |
Moderadamente seco |
47 |
74 |
72 |
67 |
Severamente seco |
32 |
29 |
1 |
0 |
Extremadamente seco |
25 |
16 |
0 |
0 |
Tabla 3. Frecuencia de la intensidad del SPI-12 para las cuatro
localidades.
Seguimiento de las variaciones morfométricas de las lagunas de los
valles transversales
El análisis morfométrico permitió detectar cambios
significativos durante los eventos extremos de inundación y de sequía en las
lagunas de los valles transversales (Tabla 4). En este sentido, durante el mes
12/2004 donde se registran eventos extremos de inundaciones, se han
contabilizado un total de 3.926 cubetas las cuales suman una superficie total
de 36.671 ha y una densidad lacustre del 4%. En contraparte, durante el mes de
noviembre de 2009 se han registro un total de 306 cubetas, con una superficie
total de 9.880 ha y una densidad lacustre del 1% (Figura 3). En síntesis, el paisaje
cuadriplica la superficie cubierta con agua entre ambos eventos extremos, no
obstante, los valores de densidad lacustre son muy bajos a comparación, por
ejemplo, con las lagunas de lomadas arenosas de la provincia de Corrientes
cuyos valores están entre el 20 y 22% (Contreras y Contreras, 2017). También
estos valores son bajos en relación con los ambientes lenticos próximos como
las lagunas del centro occidental de la provincia de Buenos Aires, donde en el
extremo oeste la densidad lacustre es del 4% durante eventos extremos de
sequía, mientras que en inundaciones extremas llegan al 11% (Contreras et al.,
2021).
|
Cantidad Cubierta (N) |
Superfície
(ha) |
Cantidad <1 ha (N) |
Densidad Lacustre (%) |
||||
Mes/año |
|
Total |
Max |
Media |
Min |
|
|
|
9/2004 |
1832 |
30505 |
3668 |
17 |
<1 |
1196 |
3 |
|
12/2004 |
3926 |
36671 |
3733 |
8 |
<1 |
2552 |
4 |
|
05/2005 |
861 |
22912 |
3532 |
27 |
<1 |
522 |
2 |
|
11/2005 |
1103 |
18162 |
3349 |
16 |
<1 |
680 |
2 |
|
12/2006 |
1123 |
19325 |
3553 |
17 |
<1 |
773 |
2 |
|
03/2007 |
1569 |
26946 |
3549 |
17 |
<1 |
919 |
3 |
|
11/2009 |
306 |
9880 |
3109 |
32 |
<1 |
183 |
1 |
|
04/2010 |
1001 |
18098 |
3535 |
18 |
<1 |
605 |
2 |
|
10/2010 |
712 |
14312 |
3541 |
20 |
<1 |
443 |
2 |
|
Tabla 4. Variación
de la cantidad y superficie de lagunas y charcas temporales de los valles
transversales de la provincia de La Pampa. Período 2004 – 2010.
Otro resultado de interés es la rápida respuesta del sistema
a las condiciones de variabilidad pluviométrica, incluso interanual. En este
sentido, se pueden observar los cambios significativos en cuanto al número de
cubetas y a la superficie total con pocos meses de diferencia. Esta situación
se encuentra relacionada con el gran número de charcas temporales que existen
en el área de estudio, ya que, en todos los años, sin importar el evento
extremo que esté presente, las cubetas inferiores a 1 ha representan entre el
59 y 65%. Que exista una relación directa entre los eventos extremos y la
cantidad de cubetas permite determinar que las grandes lagunas poseen una única
cubeta. Un ejemplo opuesto lo constituyen las lagunas ubicadas en las lomadas
arenosas en la provincia de Corrientes, ya que, en eventos extremos de sequía,
si bien en el paisaje existe una reducción de la superficie cubierta con agua,
el número de cubetas se incrementa. Esto es debido a que las grandes lagunas de
formas complejas lo constituyen un conjunto de 3 y hasta 11 cubetas, que al
disminuir el nivel del agua se segmentan, dejando expuestas las lagunas y
charcas temporales originales (Contreras y Paira, 2016).
Figura 3. Comparación entre las superficies cubiertas con agua
durante los eventos extremos en los valles transversales de La Pampa. Años 2004
(húmedo) y 2009 (seco).
En cuanto a la superficie por cubetas, la totalidad de
valores mínimos no logra alcanzar una hectárea, fenómeno que se vincula por la
significativa presencia de pequeñas charcas. Sin embargo, la laguna de mayor
dimensión posee una elasticidad hídrica del 1,2%, es decir que en períodos de
sequía extrema la cobertura con agua se reduce en un 83% comparado con su mayor
expansión en eventos extremos de inundación.
Los valores medios poseen una relación indirecta con la
superficie total con cobertura de agua. Cuanto mayor es la superficie total,
menor es el valor medio del tamaño de las cubetas. Una vez más se observa la
importancia de las charcas temporales en el paisaje, ya que lo mencionado
anteriormente se vincula con la aparición significativa de las mismas durante
eventos de inundación. Al secarse por completo durante eventos de sequía, son
las cubetas de mayor envergadura las que regulan la disponibilidad de agua,
motivo por el cual los tamaños medios se cuadriplican, en coincidencia con la
densidad lacustre.
Mediante la observación de imágenes satelitales se ha
detectado que los procesos de desaparición o reducción de la superficie de las
lagunas avanza de oeste a este, siendo las ubicadas más hacia el oeste las que
comienzan dicho cambio, el cual hasta incluso puede manifestarse con varios
meses de anterioridad con respecto al este. Esta dinámica natural se asocia con
los desplazamientos hacia el oriente de la isohieta de 650 mm durante eventos
extremos de sequía y viceversa (Contreras et al., 2021). Es importante destacar
que dicha pluviosidad divide la pampa húmeda de la semiárida (Aliaga et al., 2016),
la cual se desplaza hacia el suroeste. Mientras que, por el contrario, los
eventos extremos de sequía actúan de modo inverso. En síntesis, las respuestas
morfométricas poseen una dirección SO-NE en sequía, mientras que en eventos de
inundación es a la inversa NE a SO. Esta información constituye un indicador
regional muy significativo como complemento de análisis de procesos climáticos
e hidrológicos claves para el ordenamiento territorial y políticas de gestión
ambiental, ya que la aparición de charcas temporales en el oriente anticiparía
eventos de inundación, mientras que la desaparición de las mismas al occidente
permitiría predecir eventos de inundación.
La Figura 4 muestra cómo luego de un período húmedo
registrado para finales del año 2004, cinco meses después las lagunas ubicadas
más al oeste comienzan a presentar cambios morfométricos en sus respectivas
cubetas. Por el contrario, las lagunas en tres meses vuelven lentamente a
recuperar los niveles de agua con inundaciones moderadas, desde diciembre del
2006 a marzo de 2007.
Al igual que la morfometría, la morfología de las lagunas
presenta cambios durante los distintos eventos extremos, sin embargo, no llegan
a ser tan significativos como los anteriores. Es decir, que si bien
paisajísticamente hablando, los cambios de las superficies cubiertas con agua
pueden cuadriplicarse en situaciones extremas, el predominio de formas entre subcirculares y triangulares siguen siendo las más
representativas (Tabla 5).
Sin embargo, si bien es claro el predominio de estás formas
simples, es necesario remarcar dos situaciones importantes a la hora de
interpretar los resultados. En primer lugar, si bien para distinguir entre
formas circulares, triangulares o incluso irregulares simples no se precisan
cálculos matemáticos, la dificultad se presenta a la hora de establecer un
corte en los puntos de transición entre las distintas formas. Es decir,
establecer un límite cuantitativo para discriminar las distintas formas podrá
ser práctico a la hora de clasificar, aunque resultaría imposible separar ambas
formas en una imagen satelital cuando la diferencia cuantitativa entre ambas es
mínima.
|
Superfície (%) |
DL (%) |
|||||
circular |
subcircular |
triangular |
irregular |
Máx |
Media |
Min |
|
9/2004 |
7 |
46 |
45 |
2 |
3,58 |
1,34 |
1,02 |
12/2004 |
9 |
48 |
42 |
1 |
4,03 |
1,32 |
1,03 |
05/2005 |
13 |
45 |
40 |
2 |
3,24 |
1,34 |
1,02 |
11/2005 |
9 |
46 |
44 |
2 |
2,91 |
1,34 |
1,03 |
12/2006 |
8 |
53 |
38 |
1 |
2,76 |
1,32 |
1,02 |
03/2007 |
13 |
47 |
38 |
2 |
3,12 |
1,32 |
1,02 |
11/2009 |
14 |
47 |
37 |
2 |
2,97 |
1,33 |
1,04 |
04/2010 |
16 |
47 |
37 |
1 |
2,44 |
1,30 |
1,03 |
10/2010 |
14 |
43 |
41 |
1 |
3,44 |
1,32 |
1,02 |
Tabla 5. Seguimiento de los cambios morfológicos y del desarrollo de
línea de costa (DL) de las lagunas de valles transversales de la
provincia de La Pampa. Período 2004 – 2010.
En este caso, el límite de DL entre lagunas subcirculares y triangulares es 1,30, pero, por ejemplo,
para el 12/2004, el 27% de 3927 cubetas se encontraban en el rango de 1,29 y
1,30 (24% y 3% respectivamente). Por lo tanto, si bien hay un predominio
absoluto de lagunas subcirculares, sus formas se
asemejan mucho más a las formas triangulares.
La segunda situación a tener en cuenta es la metodología
empleada para detectar los cuerpos de agua. En Contreras y Odriozola (2016), se
ha demostrado que delimitar cuerpos de agua con clasificación no supervisadas
genera un error a la hora de emplear la fórmula de DL. Esto es por
el hecho de tener de base un ráster, ya que genera formas rectilíneas, lo que
incrementa parcialmente estos valores y con lo cual muchas veces determina un
predominio de una determinada forma, cuando en realidad debería ser otra.
Cuando Contreras y Odriozola (2016) compararon los resultados de la
clasificación no supervisada de la obtenida de una digitalización manual, las
lagunas de la Lomada Norte en Corrientes presentaron un dominio del 40% para
lagunas subcirculares y también triangulares, cuando
la realidad demostraba que las lagunas circulares eran las dominantes con un
70%, mientras que las formas mencionadas no superaban el 13 y 12%
respectivamente.
Figura 4. Seguimiento de la distribución de lagunas y charcas
temporales de los Valles Transversales (La Pampa). A) 09/2004; B) 12/2004; C)
05/2005; D) 11/2005; E) 12/2006 y F) 03/2007.
No obstante, los resultados han demostrado que este sistema
de lagunas posee un mismo dinamismo en cuanto a sus formas como respuesta a la
variabilidad climática. Con ello se puede afirmar que es una característica
particular de las lagunas y charcas temporales aumentar sus valores de DL durante
eventos de inundación, ya que hay un mayor desarrollo del perímetro por el
aumento del nivel de agua y reducirlos durante la sequía como resultado de los
procesos de redondeamiento o terrestralización (Paira
y Drago, 2006; Contreras y Paira, 2015; Contreras y Paira, 2016; Contreras et.
al, 2021).
Conclusiones
El sistema lagunar de
los valles transversales de la provincia de La Pampa se caracterizan por su
heterogeneidad en las respuestas morfométricas de sus superficies ocupadas con
agua durante los eventos extremos de inundación y sequía. Los resultados del
SPEI 1 han demostrado que es la estación de invierno quien presenta ambas
condiciones extremas, siendo que anualmente, es en esta estación donde se
registran las menores precipitaciones. Esta situación permite inferir que durante
las sequías las lluvias pueden llegar a ser de ínfimas a nulas mientras que,
por el contrario, no precisa que los montos pluviométricos sean extremos para
que dichos valores repercutan significativamente en valores extremos de
inundación.
El análisis particular
mediante el SPI 1 demostró que al norte y este del área de estudio existen
períodos húmedos más extremos y si bien las sequías no son tan extremas, sí
poseen mayor duración en el tiempo. Mientras que hacia el sur se presentan
mayores períodos de sequía, pero los eventos de inundación no son tan extremos.
En cuanto a las
respuestas morfométricas de las lagunas y charcas temporales, las diferentes
variables analizadas han demostrado que la superficie cubierta con agua en
eventos extremos de inundación cuadriplica la misma en eventos extremos de
sequía. En este sentido, serían las charcas temporales las que establecen una
diferencia significativa entre ambas situaciones.
Las respuestas
morfométricas poseen una dirección SO-NE en sequía, mientras que en eventos de
inundación es a la inversa NE a SO. Esta información constituye una herramienta
muy significativa para el ordenamiento territorial y políticas de gestión
ambiental, ya que la aparición de charcas temporales en el oriente anticiparía
eventos de inundación, mientras que la desaparición de las mismas al occidente
permitiría predecir eventos de sequía. Es decir que realizar un seguimiento del
dinamismo natural de las charcas temporales de la región contribuirá con la
gestión de alerta temprana de riesgos de inundaciones y sequía, pensando en
futuros escenarios vinculados a eventos de cambio climático.
Agradecimientos
Esta investigación fue parcialmente
financiada por los proyectos PI 19Q002 de la Secretaría de Ciencia y Tecnología
de la Universidad Nacional del Nordeste y el PICT- 2018 – 00636 – DT. También
se realizó en el proyecto de investigación Geografía física aplicada al estudio
de la interacción sociedad-naturaleza. Problemáticas a diversas escalas témporo-espaciales (24/G067). Es mismo está subsidiado por
la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional del Sur.
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